Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Ecosistemas y arrecifes en riesgo

Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Ecosistemas y arrecifes en riesgo

Ecosistemas como la selva amazónica y los arrecifes coralinos del Caribe sufrirían un colapso y desaparecerían en pocas décadas si se supera un determinado punto de no retorno, según un estudio publicado ayer por la revista “Nature Communications”.

Investigadores de universidades británicas han diseñado un modelo para analizar la evolución de ecosistemas especialmente vulnerables a partir de datos obtenidos de 4 ámbitos terrestres, 25 marítimos y 13 de agua dulce.

Según su análisis, el tupido Amazonas puede convertirse en un ecosistema similar a una sabana, con árboles y hierba, en un periodo de tan solo 50 años.

“Desafortunadamente, nuestro trabajo revela que la humanidad debe prepararse para que haya cambios mucho antes de lo que esperamos”, señaló Simon Willock, de la Universidad de Bangor, en un comunicado de su institución.

“Estos rápidos cambios en algunos de los ecosistemas más icónicos tendrán un impacto en los beneficios que nos ofrecen, que van desde alimentos y materiales, hasta el oxígeno y el agua que necesitamos para la vida”.

Los científicos subrayan que los mayores ecosistemas colapsarían más lentamente que los pequeños, debido a que “toma tiempo que los impactos se extiendan a través de largas distancias”.

Aun así, “ha sido una sorpresa descubrir que incluso los grandes sistemas colapsarían mucho más rápido de lo que habríamos esperado” y que “incluso los mayores de la Tierra tardarían tan solo unas pocas décadas”, indicó John Dearing, de la Universidad de Southampton.

Los sistemas pueden estar en peligro si sufren “cambios de régimen”, es decir, modificaciones amplias y persistentes en sus condiciones ambientales, eventos cuya frecuencia se espera que aumente debido a la crisis climática.

Más estables

Los investigadores subrayan que los ecosistemas que cuentan con numerosas especies que interaccionan suelen ser más estables que aquellos dominados por una sola especie, y pueden ser más resistentes a los “cambios de régimen”.

“Este es un sólido argumento más para evitar que se degraden los ecosistemas de nuestro planeta. Necesitamos hacer más para conservar la biodiversidad”, afirmó Gregroy Cooper, de la Universidad de Londres.

Facebook
Twitter
LinkedIn