Los salbutes y panuchos son de las botanas más famosas y emblemáticas de la península de Yucatán, y si algo sobra son maneras y oportunidades para disfrutarlos. Descubre cuáles son las diferencias entre estas dos joyas yucatecas
Ambos consisten en una tortilla frita a la que se le agrega carne de puerco, cochinita, u otra proteína. El salbut lleva lechuga, jitomate, cebolla morada, y se puede preparar con recado negro, pollo en escabeche, o carne de cerdo.
La clave principal para diferenciar ambas es que la tortilla del panucho además va rellena de frijol colado, y sólo después de rellenarla se fríe en manteca de cerdo o en aceite. Suele precocerse antes de freírse, mientras que el salbut va directo al aceite. El tipo de carne también varía según el pueblo, pero uno de los más comunes es pavo en diversas preparaciones, así como huevo duro.
Según la leyenda popular, el panucho surgió en la ciudad de Mérida, por el barrio de San Sebastián. De acuerdo con esta historia, un posadero llamado don Hucho se encontró con un cliente que le pidió algo de comer. En ese momento don Hucho no tenía nada preparado, pero ante la insistencia del viajero improvisó con los ingredientes al azar de su alacena.
Aquella vez en lugar de tortilla se utilizó pan, por lo que la creación fue bautizada como “el pan de don Hucho” hasta que los ingredientes y el nombre evolucionaron hasta convertirse en el hoy famoso panucho.
Los salbutes, por su parte, no van rellenos y son menos crujientes, pero suelen tener más opciones de carne y combinaciones. Se fríen más ligeramente y no llegan a inflarse tanto como los panuchos.
El tipo de carne varía según región y gustos personales.
Hoy puedes encontrar ambos antojitos en cualquier restaurante yucateco, desde el más sencillo hasta el más lujoso. Deben comerse recién preparados para disfrutar al máximo su frescura y textura crujiente, especialmente en el panucho. Experimenta con distintos tipos de carnes y condimentos para que encuentres tu favorito definitivo.
