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Brasil se enfrenta a un misterioso vertido de petróleo

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Brasil se enfrenta a un misterioso vertido de petróleo

Voluntarios y funcionarios han recogido más de 500 toneladas de crudo en la turística costa del noreste del país.

Un viscoso y pesado petróleo de origen misterioso sigue llegando en forma de enormes plastones desde el mar a algunas de las playas más espectaculares de Brasil. Por ahora el balance de daños es limitado —han muerto casi una veintena de tortugas y un par de aves— pero las manchas, que ya han llegado a la segunda bahía más grande del mundo, amenazan santuarios de corales, fauna diversa, además de a mariscadores y el turismo. El derrame se está convirtiendo, en paralelo, en un asunto político. Más de 500 toneladas de crudo han sido recogidas en 200 playas a lo largo de unos 2.500 kilómetros de la costa noreste de Brasil.

Durante este fin de semana, varios grupos de voluntarios se han unido a los desbordados funcionarios de las agencias ambientales locales y a los empleados de Petrobras que trabajan desde hace semanas para retirar las densas manchas de petróleo que llegan a los arenales, limpiar a agonizantes tortugas y proteger los vulnerables arrecifes de coral.

El derrame ya ha afectado a nueve Estados del noreste del país, incluidas playas famosas entre los turistas locales y extranjeros como la de Barra en la bahía de Todos los Santos, en Salvador de Bahía.

El mayor problema por ahora es la incertidumbre. Como se desconoce el origen del crudo, que empezó a aparecer en la costa hace casi dos meses, las autoridades no tienen idea de hasta cuánto durará. El Gobierno asegura que el ADN del crudo es venezolano pero el asunto de los culpables es mucho más difuso. Una hipótesis es que sea cosa de delincuentes, que quizá estaban haciendo un trasvase ilegal, o quizá es consecuencia de un naufragio.

Cómo afrontar el derrame ha causado fricciones entre el Gobierno federal y los Gobiernos del noreste porque como el crudo es extremadamente pesado es muy difícil frenarlo con las clásicas barreras de boyas, ya que se hunde y solo es detectado cuando aparece en la orilla.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, llegó a insinuar hace unos días que el derrame podría ser un intento de hacer descarrilar una superlicitación de yacimientos petrolíferos prevista para el 6 de noviembre con la que el Gobierno pretende recaudar unos 23.000 millones de euros.

Fuente: El país

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