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Así serán los viajes en familia este verano tras la pandemia

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Así serán los viajes en familia este verano tras la pandemia

La desescalada parece avanzar a buen ritmo en muchos países, un dato que junto con la llegada del buen tiempo pone encima de la mesa la posibilidad de viajar con la familia, de tomarse unas ansiadas vacaciones que nos hagan recuperar la sensación de normalidad. Pero esta normalidad es “nueva”, como ya sabemos, de manera que a pesar de las terrazas abiertas lo mejor es tomar una serie de precauciones y ser conscientes de lo que será la aventura de viajar este verano antes de cerrar las maletas. Porque lo primero es la salud y la seguridad.

HABLE CON ELLA… Y CON ÉL

A estas alturas, todos los niños mayores y pequeños son conscientes de que las cosas son distintas a como las conocían. Otro tema es cómo las interiorizan dependiendo de la edad. Para tus hijos pequeños, los misterios del coronavirus son insondables. En cambio, son totalmente conscientes de que les hacen llevar molestas mascarillas o de que jugar con sus amigos resulta complicado o imposible. Para los adolescentes también es difícil hacerse a la idea de que los abrazos o los juegos veraniegos deben incorporar medidas de distanciamiento. En cualquiera de los casos, lo mejor es ser claros y directos, informativos en la medida justa y con un discurso adaptado a la edad de cada uno. Pero sobretodo, si ir de vacaciones genera estrés o inseguridad a los padres en las condiciones actuales, mejor pensárselo dos veces: emitir señales de indecisión o miedo es la mejor manera de propiciar una mala experiencia.

(Cristina Spanò)

LA EDAD DE ORO

Y no nos olvidemos de los abuelos, que también son parte de la familia. Ir a visitarlos a su casa en otra población o provincia, o incluso veranear con ellos si no conviven habitualmente en el domicilio familiar, puede ponerlos en peligro. Los mayores siguen siendo un grupo de riesgo y la mayor movilidad de personas puede propiciar también mayor circulación del virus que quizá podría acabar afectándolos. Como tampoco es cuestión de privarlos de sus nietos, habrá que aplicar el sentido común y las medidas de higiene recomendadas de la forma más escrupulosa posible. Y evitar un exceso de contacto físico. Si la vivienda dispone de jardín o terraza, mejor charlar al aire libre que en un espacio cerrado compartiendo el mismo aire. Responsabilidad, ante todo.

VENTANILLA, POR FAVOR

Viajar en familia Magazine
Viajar en familia Magazine (Cristina Spanò)

Nos hemos decidido y vamos a tomar un avión. No hay problema, ya que, si no se trata de una compañía discutible con aparatos de mantenimiento dudoso, el aire recirculado de un avión no tiene por qué enfermarnos. En cambio, parece que la posición del asiento juega un papel importante y varios estudios avalan el hecho de que los pasajeros que viajan en ventanilla se han visto menos afectados por infecciones transmitidas por el aire que los demás. De todos modos, si nos corresponde otro asiento no nos pongamos nerviosos y centrémonos en algo que seguro va a suceder si viajamos con niños pequeños: lo van a tocar todo. Llevemos una reserva extra de toallitas húmedas desinfectantes y, por si acaso, repasemos apoyabrazos, bandejas…

POR AHÍ RESOPLA

Por tranquilidad, es posible que nos decidamos por un viaje en el coche familiar embarcado en un ferry con destino isleño, por ejemplo. A bordo siguen vigentes las normas de distanciamiento social, con la ventaja de que si no hay mala mar se puede estar en las terrazas de cubierta, observando el espacio correspondiente entre unos y otros y usando mascarilla, obligatoria tanto para pasajeros como para tripulantes. La tarjeta de embarque nos llegará por whatsapp u otros medios digitales según la naviera. Lo mismo aplica para los desplazamientos en tren, donde una mayor libertad de movimientos que en el avión no implica tener a los niños correteando por el vagón.

EN EL AUTO DE PAPÁ (O DE MAMÁ)

(Cristina Spanò)

Las unidades familiares pueden obviar la mascarilla dentro del coche, pero hay que tenerla a mano cuando nos apeamos a repostar o para entrar en una tienda. Por cierto, mejor llevar snacks o bocadillos de casa, ya que así conoceremos perfectamente su origen y manipulación. Además, puede que en camino haya menos comercios abiertos de los que esperamos. También es importante limpiar con productos desinfectantes todo aquello que tocamos más a menudo, como serían el volante, el cambio de marchas o las manecillas interiores y exteriores de las puertas, el navegador… Lo más indicado es emplear soluciones que contengan al menos un 70% de alcohol, si bien un buen lavado con agua y jabón también resulta efectivo. Mejor hacerse con un dispositivo de telepeaje, que además de evitar tocar las máquinas de pago, puede ahorrarnos atascos. Aunque desplazarse en coche propio nos de una falsa sensación de seguridad, es prudente hacer la menor cantidad de paradas posibles en camino y, siempre que se pueda, en áreas no pobladas en lugar de estaciones de servicio.

UN LUGAR EN EL MUNDO

Llegamos a nuestro destino. La acogida variará mucho según el tipo de alojamiento elegido, pero con algunos denominadores comunes. Por ejemplo, las llaves que nos entreguen deberían haber sido desinfectadas. En algunos hoteles puede que ya se haya implementado el sistema de apertura de puertas desde el móvil, pero es dudoso que una casa rural disponga de opciones que no sean tradicionales. Una vez dentro, mantengamos el máximo orden posible, algo nada fácil en los viajes familiares: evitemos dejar ropa u objetos por todos lados y hechas un revoltillo, ya que complicamos la tarea de limpiar y podemos contagiar al servicio de habitaciones o viceversa. También conviene planificar el día, aunque estemos de vacaciones, ya que las zonas comunes como restaurantes, terrazas o piscinas tendrán aforos limitados y por turnos: evitaremos frustraciones y tiempos muertos. Y si utilizamos los aseos comunes, estos deberían estar equipados con dispensadores de papel o secadores de manos. Por cierto, tampoco tenemos prisa, de manera que no subamos al ascensor con alguien que no forma parte del grupo familiar. En caso de duda, las escaleras no están nada mal.

PRÓXIMA ESTACIÓN, ESPERANZA

En una situación cambiante como la que vivimos, también los consejos deben ser flexibles y adaptarse a las circunstancias de momento. Pero algunos van a ser una constante, y viajar en familia implica llevar una reserva de mascarillas, gel desinfectante e incluso un termómetro, por lo que pueda ser. Y, sin paranoias, pero el COVID – 19 no nos evitará la típica gastroenteritis veraniega o la posible salmonelosis por una mayonesa en mal estado. Porque el verano siempre será verano. Disfrutemos, con prudencia.

.-Con información de La Vanguardia

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