Las ciudades y paisajes naturales de Polonia presentan diferentes versiones de sí mismas en cada estación del año. Todas son bellísimas, pero el invierno es un momento mágico para descubrir este país europeo donde, junto a pueblos cubiertos de nieve y estaciones de esquí, esperan sorpresas como el parque de Snowlandia en la ciudad de Zakopane, la capital del invierno polaca, situada en la parte sur de la región de Podhale, a los pies de los montes Tatras. Para llegar hay buenas conexiones por carretera y ferrocarril desde Cracovia, 60 km al norte, así como varios centros turísticos de montaña al otro lado de la frontera en Eslovaquia.

Zakopane hielo

En Zakopane reciben cada invierno construyendo una ilusión de hielo, Snowlandia, una atracción invernal en la que la nieve es la protagonista. Los artistas y artesanos de la región tallan este recinto congelado, un escenario de fantasía con impresionantes edificios y esculturas transparentes, como el Castillo, el Palacio, o el famoso laberinto de hielo, el más grande del mundo, que equivale a 10 pistas de tenis juntas. Subir a las almenas de la fortaleza, descender hasta sus mazmorras y pasadizos, entras en las salas palaciegas decoradas con figuras de hielo, o buscar la salida en el laberinto helado, hacen de día las delicias de grandes y pequeños, aunque sin duda todos estos enclaves alcanzan su mayor espectacularidad por la noche cuando sus muros traslúcidos se iluminan con el uso de luces multicolores. Con más de 60.000 bloques helados, el parque de Snowlandia cobra vida cada diciembre y se mantiene hasta inicios de marzo, cuando la naturaleza derrite las estructuras.
Zakopane es una ciudad de referencia en Polonia para los deportes de nieve y también la puerta de entrada a la cordillera de los Tatras, en la frontera con Eslovaquia. Con unos 80 km de largo y picos de hasta 2500 m de altitud, explorar los Montes Tatras permite disfrutar del sistema alpino más pequeño del mundo, con paisajes de frondosos bosques y valles glaciares. La ciudad es una base idónea para iniciar excursiones hacia estas montañas, llenas de magia en invierno y de estallido de color en verano. Rutas que discurren entre lagos, cumbres redondeadas y bosques de abetos donde habita una de las mayores poblaciones de osos de Europa, además de lobos, linces y el emblemático alce. Para contemplar este espectáculo es recomendable subir en el teleférico del monte Kasprowy Wierch (1987 m).
Los picos están cubiertos de nieve durante la mayor parte del año, por lo que es una gran área para esquiar (desde mediados de diciembre hasta marzo). Esquiar aquí es barato, con las principales pistas de Kasprowy Wierch a solo unos minutos de la ciudad, y muchos lugares en el centro para alquilar equipos.