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Buen día para las pescaderías

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Buen día para las pescaderías

Como en pocas ocasiones durante el año, las áreas de pescados y mariscos, y de pescado frito del mercado municipal “Lucas de Gálvez” se vieron inundadas de compradores ayer día de Viernes Santo.

“Mañana te atiendo y te cuento cómo nos fue”, dijo al reportero uno de los comerciantes de pescado y marisco fresco, quien atendía junto con sus empleados a los numerosos compradores que se arremolinaban en torno a su mesa de trabajo.3_190414p6pescadosphoto01

Situación similar se observó en los 15 locales dedicados a lo mismo y en los otros ocho ó 10 que son coctelerías y donde numerosos clientes disfrutaban sus copas con camarón, pulpo, calamar o “vuelve a la vida”, lo mismo que ceviches.

Más allá de esta área y contrastando con los numerosos locales, principalmente joyerías o establecimientos de ropa, calzado, condimentos y demás, se ubican los vendedores de pescado frito, donde también los compradores llenaban los 12 ó 15 establecimientos, varios de los cuales se observaban ya con sus mesas vacías antes de media mañana.

“Me fue bien, no me puedo quejar; de saber, hubiese comprado más para vender”, platicó José Fidel Ramírez Pech, dueño de El Calamar.

El comerciante vendió unos 150 kilos de pescado frito, cuando en un día normal vende de 20 a 50 kilos.

Cochinita

En el pasillo 2, uno de los más concurridos del Lucas de Gálvez, la afluencia de la gente también era intensa, ya que se ubican las mesas de verduras, vegetales y frutas, así como establecimientos de comida como tacos y tortas de cochinita, lechón tostado y chicharra. Uno pensaría que por Cuaresma las ventas bajan, pero ayer sucedió todo lo contrario.

Rosa María Martín, propietaria de El Popular Turix, que vende cochinita enterrada, comentó que las ventas fueron mayores a las de un día bueno y eso en gran parte se debió a que hay mucho turismo en la ciudad y a ellos les “gusta venir a comer al mercado cochinita y lechón”.

“Abrí a las seis de la mañana y para el mediodía ya se me había acabado todo, ojalá que mañana (por hoy) también sea un día bueno”, dijo la comerciante.— Luis Iván Alpuche Escalante

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