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Rememoran inicio de la migración coreana a Yucatán

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Rememoran inicio de la migración coreana a Yucatán

El 15 de mayo de 1905 atracó en Yucatán un barco procedente de Coatzacoalcos con mil 133 coreanos que dejaron su país para venir a trabajar al Estado con la promesa de mejorar económicamente, promesa que nunca se cumplió y muchos terminaron muy tristes añorando su tierra, por eso conmemoramos este día, destacó Ulises Park Lee.
Ayer se ofreció un almuerzo para evocar a los coreanos que partieron del entonces puerto de Chemulpo, hoy Incheon, a bordo del buque SS Ilford, de bandera inglesa, en el que murieron 21 en la travesía.

Park Lee, presidente de la Asociación de Descendientes Coreanos en Yucatán, explicó que el barco llegó a Salina Cruz, Oaxaca, y ahí abordaron un tren rumbo a Coatzacoalcos, Veracruz, y de nuevo se embarcaron rumbo a puerto Progreso, Yucatán donde arribaron el 15 de mayo de 1905.

Iban a trabajar por cuatro años y a regresar a su país, pero en ese lapso estalló la guerra con Japón y Corea del Sur estuvo ocupada, sin gobierno propio y con numerosos conflictos políticos, por eso se quedaron y hoy en día hay unos dos mil 500 descendientes de ellos que “ya son yucatecos ciento por ciento”.

Park Lee recordó la famosa anécdota de la esquina del Chemulpo, en Santiago, en la esquina de la 57 con 72, donde estuvo la cantina de Eduardo Graham y a la cual iban los coreanos que llegaron en 1905 a beber sus alipuses y cuando “ya estaban calientes” se ponían a gritar como cantado “¡Chemulpo! ¡Chemulpo! ¡Chemulpo!”, pero nadie sabía por qué.

Como era constante ese lamento, Graham cambió el nombre de la cantina a Bar El Chemulpo y posteriormente así se conoció la esquina.

Park Lee dijo que la fecha es muy importante para ellos porque recuerdan el arribo de sus antepasados. “Evocamos con afecto y cariño a nuestros abuelos porque soportaron muchas cosas adversas, como el clima, el alimento, la ropa, a veces los burlaban y todo lo que había en esa época, por eso los recordamos ya que superaron muchas barreras”.

Comentó que su abuelo vino de doce años, se llamaba Joaquín Lee, hijo de Manuel Lee. “Bueno esos nombres se los pusieron acá para poderlos identificar, porque por el nombre coreano estaba un poco difícil, de hecho todos se pusieron un nombre, había Juan, Miguel, Antonio”, agregó.

Era el auge henequenero, la fuente de riqueza que requería mucha mano de obra e inicialmente fueron a buscar chinos, de hecho, vino una inmigración, pero necesitaban más mano de obra y se fueron, pero los que estaban acá escribieron para que no vengan porque lo que les ofrecieron de que les iban a pagar bien no era la realidad. No quisieron venir y el barco se fue a Corea del Sur, donde pusieron mantas y los engañaron. Ese país vivía una pobreza extrema y se les hizo atractivo, por eso vinieron, pensaron que aquí podían mejorar su vida.

“Sufrieron mucho, dejaron esposas, hijos, todos anhelaban volver, decían que al menos si los llevaran de vuelta y morir en el puerto del que salieron”, señaló. Dijo que hay muchos coreanos que han emigrado, pero quedan alrededor de dos mil descendientes, “son yucatecos, pero no pierden sus raíces, al contrario hacemos estas festividades para recordarlo”.

Señaló que el 15 de agosto la celebración es más grande porque es la fecha de la Independencia de Corea del Sur. En esa ocasión se invitan a unas 800 personas, pero ayer unas cien fueron al almuerzo que se dio en un salón del Circuito Colonias, frente al estadio de futbol “Carlos Iturralde Rivero”

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