Por Psiquiatra Ángel de la Luz RamírezPor Psiquiatra Ángel de la Luz Ramírez
Sin duda te has percatado que el mundo a tu alrededor está lleno de objetos y situaciones maravillosas y que interaccionas dinámicamente tanto con el espacio que te rodea y con otras personas a tu alrededor. ¿Pero te has explicado como sucede tal interacción?, posiblemente no te lo hayas cuestionado debido a que es una actividad que todo mundo realiza en todo momento y tenemos la creencia de que es de lo más normal: ver, oler, imaginar, tener ideas y conceptos.
El pensamiento ha sido descrito como la capacidad de planear y dirigir una conducta tanto de forma consciente como de forma implícita. Cuando percibimos (miramos, olemos, sentimos) un objeto, éste se guarda en nuestra memoria y se hace una representación del mismo, un registro que posteriormente, aunque esté ausente el mencionado objeto, podemos acceder a esa imagen guardada, siendo el inicio del pensamiento.
Algo similar ocurre cuando presenciamos un suceso y de cómo se fue resolviendo o evolucionando dicho evento, nuestra memoria aprende a «deducir» o «inferir» que son en realidad términos que sólo describen lo ya sucedido, no lo que está sucediendo o lo que va suceder. De esta forma, nuestra memoria forma conceptos que se consultan inconscientemente para poder actuar, se realiza una idea abstracta para comportarnos ante un objeto. De esta manera también formamos esquemas o secuencia de pasos en nuestra mente sin que eso implique que debamos realizar la acción, es a lo que le llamamos “imaginar” o planear los pasos para resolver un problema determinado, cuando interactuamos con un nuevo objeto o situación, se modifica el esquema para que pueda incluir la nueva forma de actuar con el nuevo objeto.
Al nacer, todos somos egocentristas, no diferenciamos nuestro mundo interno del mundo externo. Paulatinamente se relacionan el sujeto y el entorno generando la división entre el “yo” y lo ajeno a uno de forma independiente, de esta manera, el pensamiento surge a través de algún conflicto del sujeto que lo obliga a resolver aquello que es nuevo. Surge el significado que toma la forma de palabras, conformando el habla, que a su vez forma los «sentidos», para cada palabra y sus significados. La emisión de palabras puede ser externa o interna, de esta forma es como se expresa el pensamiento y es uno de los mecanismos por el cual se explora el contenido del mismo.
Al final, el pensamiento de cada individuo es el que determinará la conducta con la cual interaccionará con su medio y con otros individuos. Así mismo, el pensamiento es componente importante de la personalidad del individuo, que como hemos visto, está influenciada por las experiencias vividas de la persona a lo largo de los primeros años de la vida, consolidándose la personalidad en la adolescencia para posteriormente sufrir modificaciones relativamente mínimas con las experiencias subsecuentes.
Como puedes darte cuenta, el comunicarte con otra persona es mediante el pensamiento, dando la identidad de cada sujeto, recuerda que anatómicamente todos los cerebros son similares -salvo los que tengan malformaciones congénitas-, lo que varía de un sujeto a otro es precisamente el pensamiento y que es el lenguaje (hablado, escrito, señales) el medio por el cual nuestro pensamiento se expresa y se comunica con otros pensamientos. Así que la próxima vez que entables conversación con una persona, en realidad estás entablando comunicación con otro pensamiento distinto al tuyo.
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