La Procuraduría Federal del Consumidor en Yucatán llevó a cabo un amplio operativo en la zona del Santuario Guadalupano de San Cristóbal, donde no se registraron mayores incidentes ni quejas por abusos, según expuso el delegado José Antonio Nevárez Cervera.
Durante los dos días un total de 40 personas de la Profeco trabajaron para evitar abusos a los consumidores y en virtud del gran flujo de visitantes que llegaron al lugar para rendir tributo a la Guadalupana.
En recorrido efectuado por el lugar, el delegado dijo que se colocó un módulo en la zona y que se llevó a cabo el monitoreo y vigilancia de algunos establecimientos.
—Ayer y hoy (por ayer) tenemos gran movimiento y hemos estado revisando y colocando preciadores en puestos ambulantes, semifijos, tiendas de artículos religiosos, estacionamientos públicos, baños públicos, hoteles, paleterías y otros.
Hasta ayer al mediodía destacó que se habían hecho 4 verificaciones a 2 estacionamientos, una paletería y una lonchería, sin que se encontraran irregularidades.
En particular, destacó también que se trabajó en los estacionamientos para que los relojes checadores estuvieran debidamente calibrados y con los hologramas correspondientes.
Nevárez Cervera destacó que ha crecido la cultura de protección al consumidor y que en este sentido también han mejorado las prácticas comerciales.

El Ayuntamiento les saca un ojo de la cara

Los que sí se quejaron de abusos fueron los vendedores semifijos que llegaron a vender para aprovechar la celebración, pues el Ayuntamiento de Mérida en esta ocasión les cobró 800 pesos por metro cuadrado por el derecho de piso.
El señor Daniel Palacios Gómez, quien llegó para vender comida los días 11 y 12 de diciembre, recordó que el año pasado les cobraron 300 pesos por metro cuadrado, pero este año la cuota fue de 800 por metro cuadrado, lo que consideró fue un abuso.
Dijo que muchos más vendedores comentaron incluso que el año entrante ya no volverán porque el Ayuntamiento, a través de la Dirección de mercados, les está sacando un ojo de la cara, aunque habría que ver si todo este dinero ingresa realmente a las arcas municipales.