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Hay amigos la conciencia… esa loca que anda suelta

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Hay amigos la conciencia… esa loca que anda suelta

Habitar la edad

¿Qué edad te gustaría tener?, -preguntó un amigo-, esta Edad Media que tengo ahora, -respondí enseguida-, y reflexioné acerca de ello.

pongale_vida_anos_05Creo que comencé a ser mejor persona en el momento que dejé de juzgar a los demás y comencé a hacerme cargo de mí mismo, en no quedarme atorado en el reclamo ni en “el hubiera”. Aquello de “caminante no hay camino, se hace camino al andar”, cobró sentido en mi cabeza y acomodó muchas de las pieza sueltas en mi vida; también me hizo recobrar la idea de que no existe una meta definitiva, ni siquiera galardones qué buscar, “caminante no hay camino se hace camino al andar”. Si todo fuera tan simple como: tanto tienes tanto vales, la gente que tiene mucha economía debería ser la más feliz, sin embargo he visto que la gente que más sonríe con esa sonrisa plena, es aquella que sirve de algo, la que sirve para algo, la que sirve a los demás, la que no se detiene por un gracias o por una recompensa, sino la que  agradece a la vida por la oportunidad.

Recuerdo a Silvio Rodríguez que dice, “debes amar la arcilla que va en tus manos, debes amar su arena hasta la locura, y sino, no la emprendas que será en vano, sólo el amor alumbra lo que perdura, sólo el amor convierte en milagro el barro”.

Habitar la edad no es otra cosa que sentirse holgado y cómodo con el traje de arrugas de lino, orlas de plata que pintan las sienes, ideas locas, ideas cuerdas, signos de memoria llenas de recuerdos que pueblan ricas imágenes de presentes plenos. Habitar la edad no es negar al tiempo, más bien la sabia virtud de reconocerlo.

Habitar la edad es ir aprendiendo cosas nuevas, como por ejemplo decir te quiero; humedecer los ojos con lágrimas ante aquello que conmueve; dejar de lado al orgullo y dar paso al no lo sé, enséñame; aceptar la receta médica sin reclamos, y en lugar de ¿por qué a mí?, decir y ¿y por qué no a mí?

Habitar la edad es treparse en el cerro de los años y en paz observar desde arriba cómo miles lo van escalando y decir a voz en cuello: ¡Hey, aquí no hay nada! y alentarlos a que sigan subiendo,  que más arriba es donde se encuentra lo que buscan aunque en verdad lo que buscan no existe, sólo existe esa lucha, sólo existe la búsqueda, esa es la riqueza de la edad.teleformula6

La edad es una casa sin muros, sin techos, un palacio hecho de sueños e ilusiones, una maleta llena de futuros, un presente cargado de recuerdos. Habitar la edad, vestir la edad, calzar la edad, acomodarse a la edad… Creo que eso es un poco encontrarse a sí mismo.

Por José Luis Preciado

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