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Aplicación online de hospedaje causa controversia

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Aplicación online de hospedaje causa controversia

Primero fueron los taxis, ahora son los hoteles. Una nueva batalla legal podría darse en Yucatán debido a la llegada a Mérida de la empresa Airbnb, plataforma digital mediante la cual el turista puede alquilar un departamento o una casa entera sin que el propietario pague un solo peso de impuestos.

En esta nueva modalidad de “Uber hotelero” hay inscritas por lo menos 300 habitaciones o casas en Mérida con precios que van de los 255 pesos por día hasta los 5,317 pesos por noche de estancia.

airbnbSe trata de cuartos y casas localizadas principalmente en el Centro Histórico y en la zona Norte, aunque también puede ubicarse una en las cercanías de Tixcuytún, comisaría de la capital. Son propiedades que en su mayoría fueron adquiridas por extranjeros que las compraron para remodelar y vivir, pero que las rentan a turistas que desean venir a conocer la Entidad.

Hay cuartos y casas propiedad de yucatecos que han encontrado una nueva forma de ganar dinero sin pagar impuestos, pues en la aplicación de Airbnb sólo se detalla el sitio, cómo es la habitación o la casa y cuánto deberá pagarse por la noche.

“Sólo tiene que seguir las reglas de su anfitrión, nada más”, advierte a los turistas que andan a la búsqueda de estos lugares de alojamiento que a la postre resultan más baratos que los hoteles establecidos.

Los propietarios de las habitaciones y casas disponibles en la aplicación Airbnb sólo pagan un porcentaje de los ingresos a los que manejan la compañía que tiene su sede en San Francisco y que ha tenido numerosos conflictos con Entidades como Nueva York, en los Estados Unidos, donde se consideran ilegales.

En contraparte, los hoteleros establecidos legalmente en Mérida tienen que destinar el 19% de lo que cobran de sus tarifas para el pago de impuestos. Este segmento tiene que cobrar el 3% extra al impuesto sobre el valor agregado al turista; además, debe pagar el 3% de impuesto por hospedaje al Estado, el cual se destina para la promoción en el país o en el extranjero; tienen que pagar Impuesto sobre la Renta, el Seguro Social de sus empleados y otorgarles las prestaciones de ley.

Además, deben pasar frecuentemente revisiones de Protección Civil, de Salud y de alimentos para evitar problemas de seguridad o de malos manejos de higiene.

Los propietarios de habitaciones y casas que se encuentran por medio de Airbnb no pagan nada de eso ni tienen ese tipo de revisiones. Pero sí se aprovechan de toda la publicidad que se hace del Estado y que se paga de los impuestos que aporta el sector establecido.

Además no tienen ningún proceso de seguridad, por lo que pueden alojar a cualquier persona sin la más mínima responsabilidad.

Cabe anotar que esto de ofrecer la casa particular como alquiler para turistas no es nuevo, países como Cuba permiten este tipo de negocios, pero los propietarios pagan impuestos y se encuentran registrados ante sus autoridades para poder realizar dichas labores.

En el caso de Airbnb, esta empresa, como Uber, ha tenido muchos problemas legales en el mundo, al grado de que en Nueva York ya existe una ley que restringe el anuncio de alquileres de apartamentos por periodos inferiores a un mes en ese tipo de plataformas.

Esa ley prohíbe anunciar esos apartamentos de alquiler por menos de 30 días a través de plataformas como Airbnb e impone multas de hasta 7.500 dólares.

El negocio de Airbnb está valorado en 30,000 millones de dólares en todo el mundo y su principal mercado en EE.UU. es Nueva York. En abril del 2014, la Fiscalía de Nueva York solicitó por primera vez información sobre las actividades de Airbnb tras detectar que casi dos tercios de las ofertas de apartamentos o habitaciones en el Estado de Nueva York que aparecen en la popular página web, el 64%, podrían ser “ilegales”.

Fuente: Por Esto!

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