Murals For Oceans
Por Carlos del Castillo
La frase que titula este artículo, se encuentra escrita en un mural en el Pueblo Mágico de Isla Mujeres y decidí llamarlo así, ya que, leer esta poderosa frase me hizo detener mi recorrido y admirar lo que había alrededor de ella, un maravilloso mural con un potente mensaje.
En tiempos de Trump y racismo a la vuelta de la esquina, el mural de la artista argentina Bárbara Siebenlist toma una fuerza descomunal, donde una niña, de rasgos indígenas y tez morena se recuesta entre la hierba mientras las mariposas monarca vuelan alrededor de ella y se posan en coloridas flores. Así es como empieza mi recorrido por admirar, en esta ocasión no las maravillas de la naturaleza que ofrece Isla Mujeres sino el estilo y la creatividad de diversos artistas que han plasmado sus obras en muros y paredes de esta ínsula quintanarroense.
En 2014 la organización Pangea Seed que se dedica a la protección de los océanos, realizó un evento en Isla Mujeres llamado Murals For Oceans donde varios artistas de talla nacional e internacional intervinieron muros para ayudar y hacer conciencia sobre el mar y los océanos, así como la fauna marina que habita en ese territorio, entre ellos el gran tiburón ballena y las mantarrayas. Los murales se realizaron en espacios públicos, así como en privados, todos a la vista del turista y los isleños que habitan en ella.
Dar vida a un espacio vacío
Tómate un día o, aunque sea unas horas, para recorrer el centro de Isla Mujeres y observa detenidamente los diversos murales que lo rodean, desde hoteles intervenidos hasta paredes abandonadas. Murals For Oceans permitió que Isla Mujeres se convierta en un lugar para expresar mensajes de temas ambientales y de lucha social a través de un muro, sí, nos volvemos a topar con los muros, sólo que en esta ocasión no son usados para dividir fronteras, sino para hacer todo lo contrario, unir a favor, desde una pequeña isla, a la gente que llega a ella (isleños, nacionales y extranjeros) para hacer conciencia sobre el cuidado de la naturaleza y por ende del hombre.
Ahí tienes ya otro pretexto para ir a Isla Mujeres…
