Especial Héctor Moreno
Mérida, Yucatán, 9 de marzo de 2014.- Para la escritora Elena Poniatowska hablar de letras y de libros es su pasión pero de repente se detiene y piensa en la paz que le ofrece la vida, en las enseñanzas y experiencias que le ha dado, en cuánto a soñado, vivido, conocido y de la oportunidad que ha tenido para traducirlo en palabras impresas.
¿Qué le debe la vida doña Elena?
“Yo le debo a la vida”.
¿Ella no le debe nada a usted?
“La vida conmigo ha sido generosa, soy una mujer con muy buena estrella, he sido muy afortunada”.
Así se expresa la talentosa mujer que Dios la dotó de ingenio y creatividad, de visión profunda para ver los acontecimientos desde otra perspectiva. Práctica, a veces fugaz, con gran perspicacia para entender la vida política y sus actores, a ella, a Elenita por sus atributos, le han permitido ser acreedora de varios premios.
Escribió importantes obras que le dieron reconocimiento internacional como “Hasta no verte, Jesús mío” (1969), “La noche de Tlatelolco” (1971) entre muchos otros libros, cuentos, novelas, teatro y poesía. Ella ha escrito mucho sobre la presencia de la mujer y su visión del mundo, sobre las luchas sociales, la vida cotidiana, la literatura, la denuncia de injusticias y la crítica social.
Por su amplia trayectoria, la Princesa Roja como también se le conoce, en el marco de la FILEY recibirá el Premio Excelencia en las Letras «José Emilio Pacheco», que se entrega conjuntamente con la organización UC-Mexicanistas.
Y después, Poniatowska vuela a Madrid, España, donde será galardonada con el Premio Miguel de Cervantes 2013, considerado el Nobel español y creado en 1975 por el Ministerio de Cultura, el Premio Cervantes está dotado con 125 mil euros y reconoce la figura de un escritor que con el conjunto de su obra haya contribuido a enriquecer el legado literario hispano. Poniatowska es la cuarta mujer que recibe el galardón, tras María Zambrano (1988) y Ana María Matute (2010) y la cubana Dulce María Loynaz (1992).
En su momento el jurado determinó otorgarle el premio a la periodista mexicana por su brillante trayectoria literaria en diversos géneros, de manera particular en la narrativa y en su dedicación ejemplar al periodismo.
“Me siento muy feliz, mus sorprendida, no me lo creía, muy honrada” y siento también, bueno que, me lo dan, yo ya voy a cumplir 82”, dijo Elenita, al ser entrevistada en un salón anexo de los stands de la FILEY.
Sonriente, alegre, con buen ánimo habló sobre la importancia que reviste el realizar ferias como la que se vive en Yucatán.
En México se lee en promedio 2.9 libros al año por persona, mientras que la media mundial es de 47 dice la UNESCO.
Hablamos de un México que no lee, se le preguntó a Poniatowska.
“Yo creo que si está leyendo más”.
¿Entonces considera que los programas están funcionando?
“Yo creo que no tenemos que ser pesimistas porque si vamos a hacer pesimistas sobre todos los temas nos vamos a hundir, tenemos que pensar que si hay muchísima gente, muchos jóvenes yo siento muy críticos además, que si tienen pensamiento político crítico, si lo hay, y si hay muchas mujeres también que están leyendo, y hay muchos escritores y lo podemos decir ahora, es que hay muchos premios y becas, si las hay”.
Ahora también, reconoció, en México hay mucho analfabetismo que hay que combatir
Al hablar sobre la violencia contra los periodistas comentó, que es un tema muy duro, dijo que hace 15 días estuvo presente en el Ángel de la Independencia del Distrito Federal para participar en el movimiento de protesta en contra de los periodistas asesinados.
“En general los que desaparecen son los que pertenecen a los diarios de oposición a las revistas de oposición y ha sido muy tremendo eso es reprobable”, sentenció.
-Hoy es un día importante para la mujer.
«Si es un día importante y creo que muchas mujeres ahora si están participando en la vida del país además de lo que han hecho no, que finalmente sin las mujeres el país se caería en mil pedazos porque las mujeres son como el resistol, un elemento aglutinador y en una familia son ellas las que mantienen juntas a todas las partes».
Además continuó, las mujeres son bien generosas porque las que no tuvieron educación se las quieren dar y luego a veces hasta recogen hijos que no son de ellas, donde comen cuatro, comen cinco concluyó, con amable sonrisa.
