La cuarta misión de Junípero Serra
La más mexicana de todas
Por José Luis Preciado
La ciudad de San Gabriel, condado de Los Ángeles, envuelve a la Misión de San Gabriel, así que una vez apartados del tráfico y el ajetreo citadino, nos hemos visto en medio de un pueblo misionero, allí el tiempo se detuvo y nuestra memoria viaja a esa época. La historia está muy bien contada en cada uno de los rincones de esa misión católica; uva y vino, cruces e imágenes, rosarios, escapularios y un cementerio que nos recuerda lo finito del tiempo, aunque seas muy noble y leal a la causa, de todos modos mueres.
“Los gringos saben para que sirve el turismo en la historia”, eso escuché de un visitante. Resulta increíble el gran valor y los símbolos que se le da a la escasa cultura e historia que revisten los sitios en los Estados Unidos, todo en perfecta conservación: casas, patios, aljibes, el primer Sarmiento colocado y apuntalado en los patios del sitio. San Gabriel es un viaje a la historia apostólica y misionera de Fray Junípero Serra (ahora San Junípero Serra) que llegó un 08 de septiembre de 1771 desde tierras mexicanas. Debido a la gran prosperidad agrícola Fray Junípero Serra se quedó ahí, pues alcanzaría a producir más de 353.000 bushels de trigo, cebada, maíz, frijol, arvejas, lentejas y garbanzos, es reconocida por haber introducido la vinicultura a gran escala en California con la administración de fray José Zalvidea y la colaboración de los mismos nativos. De igual manera, San Gabriel elaboraba jabón y candelas que eran suministrados a las misiones vecinas. Sin embargo, la presencia de la naciente localidad de Nuestra Señora la Reina de Los Ángeles de Porciúncula causaba conflicto por el acecho de los acaudalados y militares del lugar.
Todo San Gabriel está empedrado de recuerdos mexicanos, se podría decir que es México, o más bien el México que todos idealizamos por el orden, respeto y seguridad que se observa a cada paso, allí me imaginé a un país distinto al que tenemos, San Gabriel es una delicia que resuma historia. Gracias a don Álvaro Medina pudimos acercarnos a este lugar que habrá que volver a visitar con un poco más de calma.