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Queman el tradicional viejo

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Queman el tradicional viejo

Como una forma de decirle adiós al Año Viejo, familias de diversos municipios acostumbran a quemar o romper piñatas en forma de viejos.

En Hunucmá, aunque existen algunas personas que se dedican a la elaboración de piñatas en forma de un muñeco del Año Viejo, la mayoría de las familias tienen la costumbre de elaborar sus propias figuras.GNYUC AÑO VIEJO EN HUNUCMA -- IMG_9073

—Nosotros vendemos la figura del Año Viejo, pero buen número de familias prefiere comprarnos solo la cabeza y colocársela al cuerpo que ellos arman —comentó Selmy Canul Fernández, quien desde hace unos 15 años se dedica a la elaboración de piñatas, entre ellas la del Año Viejo, junto con su madre Gloria Fernández Torres, en la calle 27 entre 36 y 38 de la colonia Santiago.

—Los viejitos que elaboramos son para romper y están enfocados principalmente para los niños; sin embargo, si quien lo compra lo quiere llenar de pirotecnia y petardos, también está preparado —agregó.

Recordó que el año pasado vendió entre 20 y 25 piñatas de Año Viejo y en esta ocasión espera desplazar ese mismo número.

Las figuras del Año Viejo, que miden unos 60 o 70 centímetros, son acompañadas de un letrero con alguna frase como “No me llevó la chikungunya” y “No me quería ir, pero me voy”, entre otras, así como de un bastón.

De acuerdo con la entrevistada, para la fiesta del Año Nuevo también tienen mucha demanda las piñatas de siete conos, que representan a los pecadores capitales.

—Se supone que con ello representa que dejan el año que está por finalizar, sin embargo, estrenan el Año Nuevo con los mismos pecados, como por ejemplo la gula —comentó Selmy Canul.

También indicó que sus piñatas, incluidas las del Año Viejo, son adquiridas incluso por turistas extranjeros y nacionales que van a pasar la fecha en alguna casa de verano de Sisal.

Las piñatas del Año Viejo se venden a $100.

—Tengo casi 25 años de casado y desde entonces hemos acostumbrado, primero con mi familia política y luego con mis hijos, elaborar nuestro propio viejito —señaló Brenda Pérez Maldonado, vecina de la calle 33 entre 32 y 34 del Centro.

El proceso de elaboración de la figura forma parte de la algarabía del festejo del Año Nuevo —expresó.

La hija de la entrevistada, Rubí Tzuc Pérez, quien desde hace un par de años es la responsable de dirigir la elaboración de la figura, dijo que para la quema del Año Viejo invirtieron el año pasado unos $300 en juegos pirotécnicos y en este año esperan invertir la misma cantidad.

La tradición es que con la quema del año Viejo quedan atrás los malos momentos que se vivieron en el calendario que finaliza.

Las figuras son expuestas desde la tarde y a la medianoche son quemadas.

En Umán, la familia Pech realiza una fiesta vecinal para celebrar el Año Nuevo.

Como cada año, como parte de la tradición familiar, Hugo Ley Pech, de 28 años de edad, realiza un muñeco de Año Viejo, que aprendió de su tía Luisa Pech Quintal, así que ahora la familia espera con ansias sus creaciones que realiza desde hace 21 años, en esta ocasión fue ayudado por su primo José Pech Canul y otros niños.

—Desde hace una semana comencé a hacer los muñecos y el torito, ya llevamos quemándolo cuatro años seguidos, al principio estaba dudoso de hacerlo por la muerte de mi abuelita, pero decidimos hacerlo.

—Todas mis creaciones las hago con papel periódico y la relleno de ropa vieja, bombitas, petardos, garra de tigre, entre otros, todo el material lo compramos del dinero que reunimos con las ventas que hacemos, porque para diciembre los precios suben y a veces es difícil encontrar el producto que quieres y si los encuentras, cada vez son más caros.

—Además de eso hago piñatas para vender; las preparo desde las vacaciones de verano para que se sequen y ahora solamente las adorno para venderlas en 60, 120 y 200 pesos, afortunadamente ya vendí muchas que me encargaron y otras que me pidieron de último momento para las canastas navideñas.

—Aunque a veces me piden hacer viejitos no los hago porque no me alcanza el tiempo y ahora es más controlado comprar la pirotecnia, pues ya no la venden en grandes cantidades en los lugares con permiso —comentó Ley Pech.

—Los vecinos esperan con ansias nuestro muñeco; el 31 a las 12 de la noche, junto con los vecinos, cerramos las calles para quemar los viejitos, el torito y los cipreses, pues prácticamente se ha vuelto una tradición vecinal en la calle 9 entre 11 y 20 de la colonia San Francisco.

Se consolidan

En Izamal, con 10 años de elaboración de piñatas, la familia Rodríguez Uicab ha logrado consolidarse en el gusto de los clientes.

Esta temporada las piñatas de campanas, renos, esferas y de Año Viejo son las que tienen mayor demanda.

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