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¿Los lectores nacen o se hacen?

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¿Los lectores nacen o se hacen?

Otra feria de la Lectura se nos fue, pasó con bastante ánimo y entusiasmo, ahora con un poco de nostalgia es un buen momento para reflexionar acerca de los hábitos de los lectores, hay algo que podríamos llamar “moda”, los jóvenes ven con buenos ojos a los que toman un libro y lo disfrutan, en mis épocas de secundaria los que eran asiduos amantes de los libros se les denominaba “nerd”, o algún otro mote, pero ahora resulta favorecedor, incluso ser intelectual te vuelve popular.

1Recuerdo que cuando entré a la universidad, existía un “esnobismo intelectual” ¿cómo pudiste leer esto, o aquello? autores “vetados”, que no entran en un cierto estándar, siempre me pareció absurdo, leí a Carlos Cuauhtémoc Sánchez de niña, también a Gabriel García Márquez, leía lo que hubiere, siempre rebuscaba en la pequeña biblioteca de casa, cualquier libro o revista, hasta el Reader’s Digest, lo importante siempre era tener ocupada la mente y disfrutar de una lectura, estaba en la secundaria hasta que le pedí un libro a mi padre, no sé por qué me compró “La cabaña del tío Tom”, cabe recalcar que le había pedido “Narraciones extraordinarias” porque mi libro de la escuela traía una historia y quería leer las demás, mi papá me dio la nota y me dijo -ve a cambiarlo si quieres. Fui entusiasmada por primera vez a una sucursal de Dante la única librería que había en Mérida en ese entonces, la cual sigue vigente hasta ahora y donde laboraría mientras estudiaba la carrera de literatura.

Los libros formaron parte importante de mi vida, pero debo confesar que al llegar a la universidad muchas de mis experiencias lectoras eran juzgadas, incluso me decían en tono poco amistoso, no te atrevas a decirlo frente a todos, porque te van a sacar del círculo intelectual, me parecía absurdo, realmente no comprendía ese afán de juzgar lo que leías, si te hacía, mejor o peor estudiante de letras, en mi primer semestre de la universidad, mientras trabajaba en esa librería, pude conocer muchas personas amantes de diferentes libros, gustos varios, y algunos que llegaban en búsqueda del libro ideal, que los dejaran atrapados en ese buen hábito. Cuando esto sucedía no me quedaba más que recomendarle libros que atrapan al lector, esto no siempre sucedía con un clásico, muchas veces podía pasar con Best Seller como el psicoanalista de Katzenbach, quizá la de Adulterio de Paulo Coelho, para los más pequeños no me importaba recomendar el Diario de Greg, aunque consideraba por mucho mejor que comenzaran con historias más clásicas, pero no me importaba hacer diversas recomendaciones, creo que el hecho de fomentar en cualquier persona y que regrese ya es suficiente, sin importar si leen literatura “pura”, los clásicos o la -mal llamada- literatura comercial, un lector puede formarse aún tenga 65 años o más, lo importante es agarrarle el gusto, encontrar un libro que te apasione y te haga buscar uno más y más… que te dé sed de leer y que la sacies con unas buenas páginas de lectura.

Por: Gabriela Pérez Tut

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