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Las casitas mayas, solución para el calor

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Las casitas mayas, solución para el calor

Los antiguos mayas nos dejaron la herencia de aquellas casitas de paja que hoy las seguimos habitando y hemos acondicionado a nuestras necesidades

Por Abraham Guillén*

La temperatura media en Yucatán es de 28°C, pero en primavera y verano logra superar los 35°C, climas que originaron ciertas costumbres típicas de la entidad, como la de salir en la tarde “a tomar el fresco”, la de dormir en hamacas, portar ciertas prendas que ayudan a mitigar el calor, así como las tradicionales casitas de paja o casitas mayas, las cuales mantienen una temperatura muy agradable en su interior.

Para los yucatecos, una casita de paja es una joya que nos trae recuerdos de nuestros abuelos y nuestra niñez. Más que una casa-habitación, es un patrimonio de la Península hecho a partir de materiales de la región y que, para las fechas más sofocantes, ayudan a sobrevivir al calor y la humedad.

Esto más que nada se debe a su construcción, la cual se basa en madera, un techo elaborado con palmas de guano y amplias puertas por donde el aire circula de manera constante.

Para las temporadas cuando la temperatura baja, los muros hechos de barro con zacate apoyados de las puertas cerradas, ayudan a mantener la temperatura cálida que se va generando desde el interior.

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En tiempos de huracanes, su forma oval es ideal para afrontar los intensos vientos pues genera mayor resistencia a éstos; además, sus techos de guano dejan pasar el humo que se produce al encender un fogón, lo que hace que se mantengan seguros al no exponerse al clima frío y mojado de los ciclones. Estas dos últimas características explican por qué se han preservado por tanto tiempo, ya que una casita maya es ampliamente adaptable a nuestro clima aquí en la Península.

Existe gente que las tiene como un templo sagrado, con un pequeño jardín con flores adornando la entrada, las hay con colores brillantes, otras se conservan auténticas con el color marrón, y también las hay con diferentes dimensiones. Dentro de Mérida existen pocas, en donde más se hacen presentes es en los pueblos o comunidades (en lo personal, me parecen muy agradables a la vista y un motivo más para salir a “pueblear”); si has salido a carretera las habrás encontrado durante todo tu trayecto, son perfectas para fotografiar y dejarte un bonito recuerdo.

Además, la mayoría de estas casas cuentan con un amplio patio trasero donde la gente aprovecha para sacar las hamacas y dormir bajo las estrellas.

Se dice que una auténtica casa maya es la que está alineada en dirección al sol, en donde te despierta por la puerta trasera y se despide por la frontal. Es bien sabido que los mayas fueron grandes arquitectos y actualmente podemos ver la herencia de esos conocimientos, pues la forma de asentamiento y los cuatro Ocom-Ché que sostienen la casa nos dicen mucho sobre cómo veían al universo, el cual, dentro de su cosmovisión, estaba sostenido por cuatro ceibas.

Con esta información entenderás la gran importancia de estas pequeñas joyas arquitectónicas para los yucatecos y el por qué representa para nosotros algo más que un techo o un atractivo turístico. Seguramente, ahora con estos datos, en tu próxima salida te detendrás a contemplar y re-admirar estas hermosas casas, un verdadero tesoro que poseemos en la Península.

(*) Fotógrafo y viajero.

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