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Brillante ejecución

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Brillante ejecución

El arpa es un instrumento que data de muy antiguo en la historia de la humanidad; ya en la Grecia clásica se menciona su uso y, poco a poco, se va transformado hasta llegar a tener las características que la distinguen en la actualidad. Como Ruth Bennett informó a la concurrencia que llenó el teatro Peón Contreras, el arpa actual tiene 47 cuerdas, las más graves metálicas, las medianas de tripa y las más agudas de nailon. El instrumento de nuestros días, puede describirse como un gigantesco laúd con un largo y curvo mango, del cual salen las cuerdas y conectan con la caja de resonancia; además, tiene siete pedales y cada uno de ellos puede funcionar en tres posiciones diferentes, por lo cual deducimos que la ejecución de este instrumento no es cosa de “échame estas gordas”, es todo un delicado y complicado arte que exige toda una preparación profesional.
En el panorama mundial de la música, tres nombres destacan en la ejecución del arpa: la francesa Lily Laskine, el español Nicanor Zabaleta y el también francés Xavier Maistre. En el panorama local, dos nombres se recuerdan, las yucatecas Estefanía Casares Martínez de Arredondo y Mercedes Burgos Samada; al inicio de la década de los ochenta, en la sinfónica que reinauguró el Peón Contreras participó la rumana Dorella Majorescu, discípula de Nicanor Zabaleta; aún recordamos su magistral ejecución del Concierto para arpa No. 4, de George Frederick Haendel.
Pues la noche del jueves 3, a las ocho de la noche, la arpista de nuestra Orquesta Sinfónica, Ruth Bennett, se presentó en un recital al cual le dio la connotación de una exposición didáctica sobre el instrumento, que resultó sumamente ilustrativa y nos hizo comprender mejor el arte de tañer el arpa.
Abrió programa Ruth con el Improntu No. 6, de Gabriel Fauré, compositor francés que puede ubicarse entre el clasicismo y el romanticismo, aunque en algunas de sus obras se adivina ya los albores del impresionismo (fue maestro de Ravel). La ejecución de Ruth da inicio con suaves y delicadas escalas y acordes muy sentidos; en esta obra destaca el buen manejo de los pedales y el delicado paso de las yemas de los dedos por las cuerdas, también es de destacarse el perfecto juego de las dos manos que ejecutan, la derecha, la melodía, y la izquierda, los acordes de acompañamiento. Esta perfecta coordinación logra un delicado contrapunto que nos lleva a un delicadísimo final de la obra.
Continúa el programa con una “Fuga en Re menor”, perteneciente a la Sonata No. 1 para violín de Juan Sebastian Bach, en una transcripción para arpa de Marcel Grandjany. Inicia la obra con un contrapunto que se desarrolla repitiendo el tema, las manos, derecha e izquierda, llevan melodías simultáneas a la manera de un canon multiplicado por el diálogo entre las dos manos; la fuga llega a un desarrollo total y concluye brillantemente.
Ruth incursiona ahora en el impresionismo, ejecuta dos números de la Suite Bergamesque, de Claude Debussy. Nos ofrece primero “Preludio”, el cual inicia con suaves acordes de la mano derecha mientras la izquierda hace otros más fuertes; dulcísimas notas enlazan melodía y armonía en una forma delicadamente embriagante; suaves trinos y arpegios caen como caudal de cristal que nos lleva a un delicado final. Sigue ahora el “Claro de Luna”, que inicia con el suave y conocido tema, que se va desarrollando y va subiendo emotivo y aborda delicados juegos con armonías asonantadas que se van haciendo agitadas para desembocar de nuevo en el tema con gran delicadeza que se ejecuta de nuevo, suaves escalas nos llevan a plácido final de la obra.
Es ahora el Divertimento español, de André Caplet, obra perteneciente a las vanguardias de inicio del siglo XX, presentada por primera vez en 1924. En esta obra, Ruth tiene que aplicar el tañido de las cuerdas a distintas alturas y posiciones para obtener los efectos especiales que la obra requiere. Fuerte y cortado es el inicio de la obra, con disonancias y acordes atrevidos, agudas notas sostenidas y juegos melódicos rápidos y enérgicos y de nuevo notas persistentes marcan el desarrollo de la obra. Los efectos sonoros logrados con la posición del tañido sirven para que aborde rápidas escalas disonantes y de nuevo juegos de notas persistentes, un verdadero diálogo de disonancias se arma entre mano derecha y mano izquierda para volver a las notas persistentes que juega con escalas que alternan y aborda acordes que van siendo más y más agudos para nuevas escalas disonantes que nos llevan a brillante final.
El español Manuel de Falla se hace presente en su “Danza española” de la ópera La Vida Breve. El conocido tema de la obra es abordado con ritmo y alegría que se repite y se va desarrollando con energía y se vuelve al tema inicial; juega con armonía y rasgueo y luego hay un marcado stacatto muy castizo; canta con alegría y retoma el tema que persiste en variaciones y en escalas que nos llevan a alegre final.
Viene enseguida una obra humorística musical, “Mosquito masacre”, de Paul Patterson, obra estrenada en 2006 y que forma parte de su Suite insectos. Patterson utiliza las posibilidades sonoras del arpa para reproducir sonidos de la naturaleza y situaciones chuscas; inicia con raros acordes y entran delicadas notas persistentes que evocan el zumbido de un mosquito y con él juega y se desarrolla pasando por diversas tonalidades y simula las molestias que el insecto produce al ejecutante del arpa; variando de nuevo los tonos hasta notas muy agudas y un rasgueo fuerte y vuelve el zumbido y un fuerte golpe en la caja de resonancia nos hace pensar que se ha puesto fin a la vida del molestoso, pero reaparece y aumenta su chillido con fuerza hasta ser insoportable y violento; un aerosol derriba al zancudo, que se levanta y vuela rápido y ágil y se aleja, para terminar con imperceptible y delicada nota.
Cierra programa, “El Moldavia”, del poema sinfónico Mi Patria, de Bedrich Smetana. Obra romántica, descriptiva, que nos pinta en sonidos la vida del río. Inicia con suaves y delicadas escalas que se desarrollan y nos llevan al conocido y gustado tema de la obra que es extremadamente sentido, apasionado y emotivo, de profunda entraña nacionalista; se repite el tema con hermosas armonías y se reaborda cambiando la tonalidad con escalas ágiles y brillantes que juegan con la agilidad de Ruth; las escalas suben y bajan y cantan alegres, se repiten varias veces en cambios y variaciones que juega con armonías y varían las tonalidades que llevan anotas agudas y bajan en escalas ágiles que suben y bajan para reabordar el tema que se desarrolla apasionado y nos lleva al brillante final. Sonora ovación de pie hace salir a Ruth varias veces al escenario y corona este inolvidable concierto de tan bello instrumento.

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