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Lo que tendría que lograrse para dejar de ser “promesa”

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Lo que tendría que lograrse para dejar de ser “promesa”

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Por Tomás Martín

Bien pues por fin logré encontrar otro espacio para poder escribir ahora sí que aunque sea de política y poder exponer algunas opiniones y comentarios sobre lo que acontece en esta calurosa entidad del sureste mexicano.

Créanme que no es nada sencillo darte un espacio para escribir lo que quieres, cuando tienes que estar en el taloneo diario de esto que alguien llamó periodismo.

Pues bueno se nos fue enero y ya casi nos acabamos febrero y con ello por fin conocimos lo que el gobernador Rolando Zapata Bello, tenía que informarnos sobre su primer año de ejercicio constitucional, en donde destacó logros en materia de seguridad, programas sociales e incluso habló de un incremento de más del 70 por ciento en los recursos que se destinaron para obra pública, en comparación con el último año de la hoy secretaria general del PRI, Ivonne Ortega Pacheco.

Sin embargo, pues no quiero menospreciar el informe de Rolando, ni de ningún otro gobernador y lo mismo de lo que nos hizo saber en su momento el alcalde meridano Renán Barrera Concha, cuando también le tocó dar su informe, en el que también presumió finanzas sanas y grandes logros, pero la realidad es que si todo lo que dijeran los informes de Gobierno que me ha tocado presenciar fueran ciertos y verdaderos, pues Yucatán sería una potencia económica como China y Mérida tendrían un nivel de vida superior al de Suiza, Noruega o Nueva Zelanda y pues no es así.

De tal modo que en esta entrega trataré de exponer cuales son los grandes pendientes (por lo menos los más importantes y añejos) que el Gobierno del Estado y el Ayuntamiento de la capital tendrían que solucionar para que en realidad dejemos de ser una “promesa” y alcancemos ese Yucatán del que muchos gobiernos han hablado desde que tengo uso de razón y pues no más no alcanzamos.

El nivel de estadía promedio: Desde tiempos ancestrales en Yucatán se habla de la necesidad de ampliar el nivel de estadía, que es el promedio de tiempo que un visitante hace en determinado destino turístico.

En el caso de Yucatán, según las últimas cifras el nivel oscilaba entre los 1.5 y 1.7 días en promedio, nivel considerado bajo en comparación con otros destinos turísticos del país y muy bajo si lo comparamos con el nivel que tiene por ejemplo Cancún, Quintana Roo, que a pesar de sus múltiples problemas, aún alcanza los 4.9 días promedio.

De tal manera que el nivel que tiene Yucatán es extremadamente bajo e inexplicable cuando nuestra entidad tiene muchas ofertas  que van más allá de zonas arqueológicas.

Tenemos destinos de playa, cenotes, ciudades coloniales, extensas zonas de manglares y muchas otras ofertas por lo que parece increíble que a pesar de todo ello, no logremos que el visitante se quede por lo menos dos días.

Ya hemos gastado millones en promoción y otras decenas de millones de pesos en organizar conciertos con estrellas internacionales en Chichén Iztá, en Dzibilchaltún, en Izamal, en Mérida y en muchos otros lados y pagaremos más de 800 millones de pesos por el nuevo Museo del Mundo Maya y pues no más no, seguimos igual que hace 20 años.

Mejores salarios: Por décadas gobiernos van y vienen y todos presumen que Yucatán es de los países con el más bajo nivel de desempleo, pero les cuesta trabajo reconocer que somos unos de los estados con los peores salarios en su población.

Más del 70 por ciento de los yucatecos gana menos de tres salarios mínimos al día, es decir que ni siquiera ganan los seis mil pesos al mes, con el que el hoy flamante senador panista Ernesto Cordero, decía que los mexicanos eran capaces de pagar colegiaturas, luz, agua, ropa, comida y hasta la mensualidad del auto.

En este caso vemos un intento interesante del gobierno de Rolando por promover una mayor igualdad en la formación de recursos humanos con el caso del programa “Bienestar Digital” que dota de computadoras a estudiantes de escasos recursos para que puedan acceder a las herramientas digitales que ofrece el Internet y otras opciones tecnológicas.

También se ve una apuesta interesante al desarrollo de áreas que demandan personal más especializado como la industria aeroespacial, el desarrollo del software, mecatrónica, electrónica, entre otros, que sin duda ofrecen mejores salarios que las carreras tradicionales, pero la realidad es que Yucatán sigue siendo hasta ahora un estado de los que peor pagan a sus trabajadores.

Vinculación del sector académico con sector productivo: De esto igual he escuchado hablar a nuestros gobernantes desde que tengo uso de razón, el vincular a las universidades con las empresas para que haya una sinergia productiva, pero pues no veo mucho avance en ese sentido.

La verdad es que aún con la construcción del Parque Científico de Yucatán, al cual se le han invertido hasta hoy más de 350 millones de pesos, esa vinculación necesaria de la que tanto se ha hablado, si bien ya parece caminar, habrá que darle mucho seguimiento para que empecemos a ver resultados quizá en el mediano plazo.

Mejor sistema de transporte: Y pues aquí no hay mucho que decir, Yucatán y Mérida en especial, tienen, no estoy seguro si el peor, pero sí uno de los peores servicios de transporte público en el país, el cual ha propiciado que el parque vehicular de la entidad crezca a pasos agigantados y hoy ya haya por lo menos un auto por cada tres habitantes, lo cual hemos empezado a resentir en unas vialidades cada vez más complicadas y convulsas.

Ya varios gobiernos nos han vendido soluciones, por ejemplo en la pasada administración ofrecieron que instalarían unas maquinas que se supone evitarían las fugas de dinero y harían más rentable el servicio a los concesionarios, pero no, nunca se hizo y pasó como muchas de las promesas que se han hecho y no se han cumplido.

El Ayuntamiento meridano y el Gobierno del Estado llegaron incluso a tirarse la pelota por varios periodos, hasta que hoy el transporte en la capital yucateca es responsabilidad del ejecutivo, que hoy propone un rediseño total del servicio al que ya solo le quedan cinco años para hacerse realidad o no ser más que otra promesa incumplida como muchas otras.

Eficiencia en el sistema de recoja de basura: Aquí ya la responsabilidad es directa de las autoridades municipales y en caso de la capital, pues del Ayuntamiento, que en más de 40 años ha sido incapaz siquiera de darle autonomía financiera a la paramunicipal Servilimpia y que tampoco ha podido estandarizar medianamente la calidad de un servicio que dejó en manos de concesionarios.

Mérida es de los pocos municipios del país que pagan por el servicio de recoja de basura y aunque hemos gastado en plantas de separación de residuos, de composta, rellenos sanitarios y demás, lejos estamos de contar con un sistema eficiente de disposición final de residuos sólidos.

Terrenos baldíos: Aquí sí no estoy seguro si algo ha tenido que ver el Congreso del Estado en la carencia de leyes que obliguen a los propietarios de terrenos baldíos a mantenerlos limpios so pena de si no lo hacen, éstos puedan ser expropiados por el estado o por el municipio.

Para nadie es un secreto que esos terrenos además de ser grandes basureros y refugios de alimañas y mal vivientes, representan una amenaza para la salud pública porque son sitios propicios para la reproducción de vectores que transmiten enfermedades que pueden ser mortales como el dengue.

Aún así, hasta hoy ningún gobierno ha planteado siquiera una posible solución a este problema.

Y bueno pues por hoy, lo dejaré hasta aquí (porque si no esto dejaría de ser una columna para convertirse en un ensayo, pero por supuesto que hay otras cosas que son necesarias para que dejemos de ser esa eterna promesa de ser una entidad de vanguardia y de avanzada como muchos creen que somos, solo porque así creen que es.

Así que espero sus comentarios, réplicas y todo lo que consideren conveniente para enriquecer este trabajo y aprovecho para desearles a todos que este año también sea para ustedes un año que deje de ser de promesas, para convertirse en grandes realidades. Los quiero, besos. Sígueme en Twitter @EditorYucatán.

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