Por Virginia Carrillo.

El sábado 21 de septiembre en el programa radiofónico Agenda Fórmula emitimos una crítica en el sentido de que nos parecía incorrecto el que una obra teatral para adultos se presentara en un espacio público abierto al paso libre de menores y familias –como lo es el corredor del palacio comisarial de Cholul–, y sin previa advertencia a los habitantes de la comunidad. Consideramos que fue un error de la Dirección de Cultura del Ayuntamiento de Mérida programarla ahí y en las condiciones en que se hizo. Palabras más, palabras menos, eso se dijo al aire.

A partir de ese momento, se desencadenó en las redes sociales una reacción en contra, no sólo de nuestros comentarios, sino de nuestras personas. Se sacaron de contexto y se tergiversaron nuestros dichos al punto de poner en nuestras bocas calificativos y opiniones que nunca expresamos. Nos acusaron de racistas, decimonónicos, censores, ignorantes críticos de arte, entre otras cosas. Tales reacciones fueron al principio de un sujeto que se evidencia de turbios propósitos y también del director de Cultura del Ayuntamiento de Mérida. Después se sumaron otras voces, tanto de personas reales, como de perfiles de falsas identidades.

Se extendió la versión de que nos oponemos al desnudo en el teatro. Nada más lejano de la realidad. Hicimos énfasis en que no calificábamos los valores estéticos de la puesta en escena. A pesar de que el lunes siguiente se les otorgó espacio para la réplica en el noticiero vespertino de Grupo Fórmula Yucatán, a la directora de la obra y a una de las integrantes de su grupo artístico –porque así lo pidieron-, la campaña en contra de Alejandro Pulido, Eduardo Lliteras, José Luis Preciado y su servidora, continuó.

Nos quisieron dar lecciones de periodismo, pero se les olvidó decir a los expertos que uno de los deberes de quien se dedica a este oficio es cuestionar aquello que desde la autoridad pública se incumple. No íbamos a dejar de señalar lo que a todas luces es una violación al Reglamento de Espectáculos del propio Ayuntamiento de Mérida.

En Agenda Fórmula al igual que en el segmento que conduzco los miércoles en el noticiero vespertino de José Luis, siempre se les ha dado espacio a todas las expresiones artísticas, vengan de instituciones públicas o de organizaciones privadas. A todas, sin distinción alguna. Decir que “los dados” estaban “cargados” para desprestigiar el trabajo del área cultural de la municipalidad, me parece no sólo una ligereza, sino un señalamiento malintencionado cuyo origen no me interesa conocer.

Pero como profesional sí estoy interesada en manifestar que el trabajo que realizamos en el medio radiofónico implica una alta responsabilidad y la tomamos en serio quienes integramos el equipo del programa; a eso responde el contenido que compartimos sábado a sábado. Nuestra labor ante el micrófono nunca ha estado mediada por intereses creados, aversiones particulares o posturas sin fundamento. No nos asustan los ataques personales, no nos confunden las descalificaciones, ni nos hacen cambiar de parecer los sofismas. Seguiremos realizando nuestro oficio apegados a estas creencias y sin que ningún poder institucionalizado o fáctico nos acalle.

Estamos a punto de cumplir tres años al aire y resulta muy grato celebrarlo sabiendo que el rating de Agenda Fórmula se fortalece, porque contamos con la amable escucha de cada vez más gente. Siempre será un gusto intercambiar puntos de vista con quienes deseen debatir y participar con nosotros de manera abierta y respetuosa.