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Mérida entre querientes

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Mérida entre querientes

tony-reconocimiento

Por Virginia Carrillo.

Casi coincidiendo con el aniversario 468 de la fundación de nuestra ciudad, arrancaron las pre campañas políticas encaminadas a las elecciones del 16 de mayo. Aunque se elegirán diputados y alcaldes en todo el estado, la atención de los reflectores y la competencia más reñida se centra en la codiciada joya capitalina de Yucatán.

Así que, poco a poco, suben de intensidad los mensajes propagandísticos que giran en torno a la idea de “querer” a Mérida. Sin caer en el maniqueísmo estilo canción Amar y querer de José José, son notorias las diferentes intenciones que mueven la expresión de estos amores:

Beatriz Zavala la quiere en la idea de ser ella la que lleve al blanquiazul a cumplir 20 años en la administración de la ciudad, confiada en que se ratificará la preferencia de los meridanos por verla vestida de azul. La quiere para darle continuidad al dominio del grupo patricista en los quehaceres de la política de esta región y ceñirse esa corona que por tanto tiempo ha soñado.

Salvador Vitelli aunque es poco conocido, es el joven enamorado que cuenta con el respaldo de figuras como Sergio Chan Lugo, Alfredo Rodríguez, Cecilia Pavía y de panistas ahora sólo de corazón, como Ana Rosa Payán Cervera. Salvador en apariencia quiere a Mérida para demostrar que en su partido hay democracia y todavía pueden hacerse equilibrios, que no todo está controlado por los de Patricio, que en el PAN es posible volver a vivir el espíritu que le dio origen.

Angélica Araujo sí que la quiere al ritmo troveresco de “Mérida cómo te quiero/ nunca de extrañarte dejo/ tu linda Plaza Mayor/ tu hermoso Paseo Montejo…”, porque su apuesta, ella lo ha dicho, proviene de su perspectiva de arquitecta: está dispuesta a acabar con los problemas urbanos que padece la ciudad y a encabezar un proyecto de rescate de la joya arquitectónica que aún es… sólo falta saber si ese rescate será para la ciudadanía o para el tricolor que puso todos los huevos en la canasta de su carismática personalidad, con el fin de arrebatarle al PAN la capital que tanto presume.

Ivonne Ortega la quiere ver marcada con el sello de su emblemático corazón, aquel que le entrega al proyecto político de Enrique Peña Nieto; si se queda con la joya a lo mejor y la utiliza para engarzarla en el anillo de compromiso definitivo con el priísmo nacional.

César Bojórquez le da cariño de pichoncito, le dice palabras melosas como las vertidas en su discurso durante la Sesión Solemne de Cabildo del 6 de enero, cuando hizo el recuento del amor que -como el esposo que desea ahuyentar el frío de la relación después de tanto tiempo de matrimonio-, le ha entregado a lo largo de 19 años; porque según él, en Mérida la historia se lee así: antes del gobierno panista y después del gobierno panista.

Pero afortunadamente y más allá de las querencias políticas, nuestra Mérida también cuenta con los afectos de ciudadanos como Tony Peraza el orador huésped del Aniversario 468, el maestro del trazo certero que en un cartón nos dibuja cotidianamente a todos y todas condensando el latir de la problemática social y política contemporánea. El cariño auténtico que nos recuerda que Mérida “nos habita, se mueve, crece, se hace más compleja, se deteriora y se reconstruye. La ciudad es realidad pero también idea. Y las ideas se discuten para poder extraer de ellas todo el potencial transformador de la realidad que las inspiró.” Porque Mérida, como señaló el CarTonysta a quien aplaudimos de pie, necesita hoy más que nunca que se le quiera defendiéndola de las tiranías que la amenazan y construyendo en su honor verdadera ciudadanía.

 

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